¿Qué ocurre si se pone comida caliente en un refrigerador comercial?
En este artículo, exploraremos la ciencia y los riesgos de colocar comida caliente en tu refrigeración comercial.
22 de mayo de 2025

A veces, parece que poner la comida recién cocinada directamente en tu refrigerador comercial es una solución rápida. Cuanto más rápido esté almacenada, ¡antes podrás pasar al siguiente proyecto, verdad?
Desafortunadamente, poner comida caliente en un refrigerador (de cualquier tipo) no es una gran idea. De hecho, podría generar serios problemas para el equipo y la higiene. En este artículo, profundizaremos en la ciencia y los riesgos detrás de este error sorprendentemente común, ayudándote a gestionar tu refrigeración y mantener un funcionamiento fluido en tu negocio.
El calor no es ideal para la refrigeración
Entonces, la ciencia. La temperatura - y cualquier otra cosa relacionada con la energía, como la presión o el movimiento - tiende a alcanzar el equilibrio. Esto significa que si nada interfiere, los niveles de energía se equilibran con el tiempo. Por ejemplo, si dejas tu taza de té en el mostrador, se enfría para igualar la temperatura ambiente. Al mismo tiempo, a menos que la habitación esté siendo calentada, el calor de tu café también calienta un poco el aire a su alrededor. Esto se conoce como equilibrio térmico.
Este principio de equilibrio térmico es el principal peligro de poner comida caliente en un refrigerador comercial. Crea un aumento inmediato de la temperatura dentro de tu electrodoméstico. Claro, el sistema de enfriamiento en un refrigerador está diseñado para activarse y superar cualquier calor, transfiriéndolo fuera de la unidad y al aire, pero el agregar comida caliente le da mucho más trabajo del que debería tener. Tu unidad tendrá que usar más energía y desgastar más sus sistemas. La temperatura de cualquier comida alrededor del nuevo aporte también puede aumentar a niveles inseguros antes de enfriarse nuevamente, lo que infringe las leyes de higiene (como veremos a continuación).
Seguridad alimentaria
Poner comida caliente en tu refrigerador comercial conlleva significativos riesgos para la seguridad alimentaria. La comida no debe permanecer en la llamada 'Zona de Peligro' (entre 8°C y 63°C) por períodos prolongados. Así lo establece la ley, según la Agencia de Normas Alimentarias.
Tan pronto como pones comida caliente dentro del refrigerador, la temperatura interna comienza a aumentar. Aunque el sistema de enfriamiento debería trabajar para contrarrestarlo, llevará tiempo volver a bajar la temperatura a la normal, y aún más si tu electrodoméstico es viejo o necesita mantenimiento. Los refrigeradores deben estar ajustados entre 0°C y 5°C, por lo que no se necesita mucho para superar los 8°C.
Mientras tanto, es muy probable que otros alimentos en el refrigerador (especialmente aquellos cercanos a la comida caliente que acabas de poner) casi con seguridad pasarán a la zona de peligro. Ahí es donde crecen las bacterias dañinas, poniendo en riesgo tanto la calidad alimentaria como la seguridad de los clientes.
Pero aún no hemos terminado. La contaminación cruzada es otra preocupación. A medida que la comida caliente se enfría, la humedad que escapa como condensación se asienta sobre otros objetos. Puede llevar bacterias, aumentando el riesgo de contaminación cruzada y enfermedades transmitidas por alimentos.
Humedad
Cuando la comida caliente se enfría, especialmente si se enfría rápidamente, se forma condensación. La humedad de esta condensación se acumula dentro del refrigerador y crea problemas de humedad, como la formación de hielo dentro de la unidad, bloqueando parcialmente la ventilación y hielo en las bobinas del evaporador.
Además, la condensación podría formarse en las superficies dentro del refrigerador. Esto crea un riesgo de crecimiento de bacterias, especialmente si la temperatura es ligeramente demasiada cálida y el ventilador no está controlando la humedad.
Todo esto significa que tu refrigerador se verá obligado a trabajar más para mantener las cosas frías. Si no se controla, eventualmente verás obstrucciones, flujo de aire reducido, temperaturas desiguales y los consiguientes problemas con tu electrodoméstico. Estos incluyen tus costes de funcionamiento, junto con la calidad y la seguridad de los alimentos almacenados en su interior. Cuanto más dure esta situación, peor será.
Métodos y sistemas adecuados de refrigeración
La buena noticia es que hay formas de mejorar este proceso sin comprometer la seguridad alimentaria ni el equipo. Aquí tienes varios métodos de enfriamiento para experimentar, de modo que nunca tengas que meter comida caliente directamente en tu nevera comercial:
- Los abatidores reducen rápidamente la temperatura de la comida caliente. Están diseñados para enfriar rápidamente la comida caliente, lo cual significa que evitas la gran mayoría de los problemas mencionados anteriormente.
- Los baños de hielo absorben rápidamente el calor de cualquier alimento caliente. Úsalos con cuidado para bajar la temperatura de tu comida a un nivel seguro antes de transferirla a tu refrigerador comercial.
- Los espacios poco profundos, en lugar de los profundos, permiten que el calor se disipe más rápidamente. El calor no se 'atrapa' en el medio tan fácilmente. La mayor superficie acelera el proceso de enfriamiento. Por lo general, se recomienda una profundidad de menos de dos pulgadas.
- La rotación FIFO (primera entrada, primera salida) asegura que tu comida se almacene correctamente. Esto reduce la posibilidad de que la comida permanezca demasiado tiempo en la zona de peligro. No olvides etiquetar con la fecha de caducidad también.
El coste de ignorar buenas prácticas de refrigeración
Aunque pueda parecer que nadie está mirando o se dará cuenta, descuidar los métodos adecuados de refrigeración podría ser costoso.
Por un lado, el compresor de tu equipo sufre una mayor tensión, por lo que se desgastará más rápido. Eso significa más reparaciones y quizás incluso una sustitución anticipada de todo el electrodoméstico. También significa una mayor cantidad de desperdicio de alimentos. Y, por supuesto, existe el posible daño a tu reputación si surgen problemas de seguridad alimentaria.
Por otro lado, mantener buenas prácticas de refrigeración te ahorrará dinero a largo plazo. Reducirás el riesgo de fallos en el equipo, disminuirás las facturas de energía, minimizarás el desperdicio de alimentos y protegerás tu reputación. Lo más importante de todo, minimizarás el riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos. No hay nada que perder.
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